Muchas personas expertas en el sector inmobiliario afirman que la bonanza significativa que se ha experimentado desde el 2012 con un crecimiento de casi un 13 % en el área, combinado con el paulatino aumento de los valores de venta y alquiler de los inmuebles, representa una clara tendencia a que el Uruguay está próximo a caer en una burbuja inmobiliaria como ha ocurrido en otros países como por ejemplo en Estados Unidos.
La cuestión es que en determinada manera se cree que cómo los valores de los inmuebles han crecido a un ritmo mucho más acelerado que el resto de los inmuebles, y se constata de que existen unas 5.000 viviendas ubicadas en la rambla de Montevideo que aún no han podido ser vendidas, todo indicaría de que la oferta inmobiliaria será mucho más alta que la demanda de la sociedad, con lo que habrá una depreciación muy fuerte en las inversiones ya que éstas perderán rentabilidad llegándose a producir una crisis global en todo el país.
La realidad está muy alejada de esa situación, ya que en primer lugar se han creado numerosas políticas para la construcción y adquisición de viviendas de interés social, por lo que la demanda de inmuebles seguirá creciendo acorde al sector. Por otro lado, los capitales extranjeros al ver depreciadas el valor de sus monedas locales (dólar, euros, etc.), continuarán ingresando al país ya que invertir en inmuebles es una forma segura de obtener una buena rentabilidad a corto plazo.